Rechazos desde las gremiales y la oposición a cambios en exportación en pie
- Yonnatan Santos Preste
- 14 jul
- 3 Min. de lectura

El Ministerio de Ganadería suspendió la exportación de ganado en pie para faena inmediata. La decisión generó malestar en el sector agropecuario y fuertes reacciones políticas. “Es una señal contraria a la producción”, dijo el presidente de ARU.
En un escueto comunicado oficial, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) informó este lunes la suspensión momentánea de las nuevas autorizaciones para exportar ganado en pie destinado a faena inmediata. La notificación, firmada por la Dra. Sandra Acosta Maguregui, fue dirigida al Departamento de Control de Comercio Internacional y generó un cimbronazo inmediato entre productores, consignatarios y actores políticos.
La medida, según el texto oficial, tiene carácter temporal, aunque no se aclaran plazos ni fundamentos técnicos concretos. Lo que sí quedó claro desde el primer momento fue el rechazo casi unánime dentro del agro y el cuestionamiento a la forma en que se manejó la comunicación.
“Es una medida que afecta directamente el precio del ganado, comunicada de manera desprolija y sin tener claro el alcance de la misma”, expresó Rafael Ferber, presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU). “Es una señal del gobierno que va en contra de la mayor producción de terneros y que vuelve intrascendente cualquier programa que busque promover la cría”.
La reacción no se limitó a las gremiales. Desde el Parlamento, el senador nacionalista Sebastián Da Silva arremetió con dureza contra el ministro de Ganadería, Alfredo Fratti, y su gestión:
“Un gobierno amigo de la industria frigorífica. Fratti siendo Fratti. El mismo de ayer, el mismo que hoy. Vamos a llamarlo en forma urgente para que explique las razones por las cuales se coarta la libertad del productor justo cuando el novillo vale 5 dólares.”
También se pronunció el diputado Carlos Rydström, quien expresó su preocupación por lo que considera una señal negativa hacia el futuro de la cadena cárnica:
“Es una gran preocupación, porque ha estado claro en más de 20 años que permitir la exportación en pie y abrir mercados solo ha beneficiado al global de la cadena. Todo lo que sea un incentivo al criador, al que comienza la cadena productiva, siempre va a ser una señal buena. Es un grave error dar señales de desincentivo en ese sentido.”
Entre la señal política y el impacto de mercado
Si bien desde el MGAP se insiste en el carácter temporal de la medida, los actores del sector interpretan que este tipo de restricciones generan distorsiones inmediatas en el mercado de haciendas, reducen la competencia y terminan presionando a la baja sobre el precio del ganado gordo.
Rydström fue más allá y alertó sobre el posible precedente:
“Si bien hoy se habla solo de la exportación para faena, podría venir el paso siguiente: suspender la exportación de terneros enteros. Todo esto genera un efecto negativo y preocupante. Vamos a pedirle al Poder Ejecutivo señales claras de que el camino es abrir mercados y facilitar oportunidades, no cerrarlas.”
En un momento en que el novillo cotiza en el entorno de los 5 dólares por kilo, y con una industria que viene operando con márgenes estrechos, la decisión reaviva un debate recurrente: ¿hasta qué punto puede el gobierno intervenir en los flujos comerciales del agro sin alterar los equilibrios de fondo?
Mientras tanto, desde el agro, la pregunta queda flotando: ¿Cómo se puede pedir más producción si al mismo tiempo se eliminan las herramientas que valorizan al ternero?
Noticia en desarrollo.
Comentarios