top of page

CRILU entregó la generación de carneros más ultrafina en 26 años

  • Foto del escritor: Yonnatan Santos Preste
    Yonnatan Santos Preste
  • hace 12 minutos
  • 4 Min. de lectura
ree

Un año más el Consorcio Regional de Innovación de Lanas Ultrafinas (CRILU) celebró su

tradicional entrega de carneros marcando un nuevo hito, ya que los consorciados

recibieron la generación con la lana más fina de su historia y con muy buen peso del

vellón y tamaño del cuerpo, consolidando el trabajo que viene realizando para mejorar

el Merino superfino y ultrafino del Uruguay.


Cada año, el CRILU selecciona los mejores carneros —desde el punto de vista

genético— de la nueva generación y los asigna a sus consorciados a través de un

sorteo oficial, asegurando que accedan a genética de punta validada por el Instituto

Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y el Secretariado Uruguayo de la Lana

(SUL).


Estos carneros provienen del Núcleo de Mejoramiento Genético Merino

Ultrafino, ubicado en la Unidad Experimental Glencoe del INIA.

La generación de este año confirmó avances importantes en finura, peso y eficiencia.

El peso vivo promedio al cierre de la prueba fue de 67 kilos, con animales que

superaron los 80 kilos con aproximadamente 12 meses; mientras que el diámetro

promedio de fibra se situó en 14,2 micras, con valores que van desde 12,4 hasta 15,7

micras. Además, cerca de dos tercios de los carneros se ubicaron por debajo de las

14,5 micras, clasificándose en los extremos más finos de las lanas ultrafinas (< 16,4

micras).


“La generación 2025 consolida el trabajo de los últimos años. Logramos carneros

ultrafinos, con diámetros de fibra que continúan bajando; altamente productivos en

peso corporal; biológicamente eficientes, y más resilientes (por ejemplo, más resistentes

a los parásitos gastrointestinales), algo que no es frecuente combinar y que permite a los

consorciados seguir mejorando la calidad de lana, la producción de carne y el ingreso

económico en sus majadas”, destacó Fabio Montossi, investigador de INIA y

vicepresidente del CRILU.


Consultado por la contribución de la ciencia y de INIA a las características de la

generación 2025 de carneros, Montossi dijo que “ha sido determinante”. Según

detalló, el instituto, en colaboración con el SUL, el Instituto Plan Agropecuario, la

Sociedad de Criadores de Merino Australiano y la Universidad de la República, “ha

desarrollado y validado durante más de dos décadas un paquete tecnológico completo

en genética ovina, basado en investigación aplicada, evaluaciones objetivas y selección

por valores genéticos (DEPs), y lo ha transferido directamente a los productores del

país mediante capacitaciones, protocolos y asistencia técnica”.


ree

Durante la jornada también se compartieron resultados y avances de trabajos que se

están desarrollando para seguir mejorando la producción ovina nacional.

Anticipándose al verano, expertos del CRILU, del SUL y de INIA abordaron la recría

estival, que es uno de los factores que limita la productividad y la eficiencia de la

producción ovina en los sistemas ganaderos extensivos sobre Basalto.


En este marco, confirmaron que las tecnologías forrajeras disponibles (uso de

leguminosas y cultivos anuales estivales), combinadas con suplementación estratégica,

manejo sanitario adecuado y suplementación con concentrados sobre campo natural,

permiten mejorar significativamente los procesos de recría y engorde de corderos en

esta región durante el verano, pese al déficit estacional de forraje y al fuerte desafío

parasitario.


Destacaron que se han generado coeficientes y recomendaciones técnicas que facilitan

la evaluación de la conveniencia económica de estas tecnologías, considerando los

precios actuales y futuros de insumos y productos, así como los objetivos productivos y

empresariales de cada establecimiento.


Por otra parte, técnicos de INIA presentaron los avances logrados a partir de la

incorporación de corderos de productores consorciados del CRILU en el Experimento de

Largo Plazo de Campo Natural instalado en 2023 en la Unidad Experimental de Glencoe.

Concebido para extenderse durante al menos tres décadas, el ensayo surge de la demanda

de mejora de la sostenibilidad de los sistemas ganaderos sobre campo natural de Basalto y

evalúa elementos como la productividad del campo natural y del ganado ovino y bovino, el

impacto ambiental, los resultados económicos y los requerimientos de mano de obra.


A tres años de su instalación y a dos años de la incorporación de corderos CRILU, se

destacaron especialmente los avances en la producción de lanas de alta calidad sobre

campo natural con dos esquilas anuales; la obtención de resultados alentadores en la

producción de pesos vivo de cordero en sistemas de manejo más intensivo sobre campo

natural, y la incorporación de nuevas mediciones, como calidad de lana, canal y carne

ovina, orientadas a diferenciar los productos de origen animal derivados de este tipo de

sistemas.


“Queda claro que estamos trabajando sostenidamente en la generación de tecnologías

e información científica robusta que sustenten el camino para que Uruguay tenga

ovinos más resilientes, más eficientes en el uso del pasto y del alimento, y con un perfil

productivo más amigable con el ambiente, metas que están totalmente alineadas con

las demandas actuales de los mercados y con las políticas nacionales de

sostenibilidad”, destacó Montossi.


“El balance de 2025 es sumamente alentador y demuestra que la alianza entre ciencia,

innovación, productores y mercados es un motor real de transformación. Gracias a

esta sinergia, las majadas consorciadas logran mejoras productivas y económicas

tangibles, contribuyendo al desarrollo de todo el sector ovino”, concluyó.


ree

bottom of page